El monasterio de Saint Gall



Uno de los documentos más importantes de toda la época medieval es el plano de Saint Gall que se conserva en la biblioteca de esta localidad suiza. Gracias a él podemos observar cómo los monjes realizaron el proyecto de un monasterio.

El plano fue dibujado poco antes del año 829 en tinta roja sobre cinco hojas de pergamino, siendo encargado por el abad Gozberto. Con este plano podemos reconstruir idealmente el proyecto, que concebía el monasterio como una pequeña ciudad autosuficiente.
Las construcciones se organizaban alrededor de la gran iglesia abacial, diseñada con planta basilical, dos ábsides y dos torres a los pies. En el lado sur se ubicaría el claustro, centro de la vida religiosa. En la zona este se encuentran los dormitorios; el refectorio en el sur y en el oste la bodega.

La zona este del monasterio está ocupada por el convento de los novicios, el cementerio, la huerta con su respectiva casa, los gallineros y la casa del palafrenero.
Otra iglesia enlaza el convento novicial con el hospital, a cuyo alrededor se localizan la cocina, los baños, la enfermería, la casa del médico y el huerto con las plantas medicinales.

En el norte encontramos la biblioteca, la casa del abad, la escuela y la hospedería. En el ala oeste se ubican las caballerizas, la entrada principal, las viviendas de los siervos y los edificios de las granjas. En el sur se hallan la residencia de los peregrinos, un nuevo grupo de granjas, la cocina anexa a la panadería y la cervecería y tras estas estancias los molinos. Los dormitorios de los artesanos y otra granja completan el conjunto.

En estas pequeñas ciudades sagradas podemos apreciar normas de trazado urbanístico que habían sido abandonadas en las ciudades de la época. A causa de la ambición del proyecto nunca se levantó este monasterio pero sirvió como referencia para los arquitectos cistercienses del siglo XII.

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